sábado, 23 de agosto de 2014

Pico del Púlpito (2803m).


Primera cumbre: Cerro de los Machos
Pico del Púlpito
Cumbre del Veleta
¿Qué buscamos cuando acudimos a la montaña? Las respuestas pueden ser tan variadas como la cantidad de seres humanos que acudimos a ellas. Desde evadirse, explorar, observar, superarse, contemplar, conocer gente, alimentar el ego… o simplemente vivir emociones que en otro lugar sería imposible disfrutar.
La primera emoción de la jornada llegó al coronar el Cerro de los Machos, de 3327m, por su ladera Oeste, habiendo bajado el Veredón Superior y disfrutado de todo el vertiginoso Corral del Veleta.
Una vez alcanzada la pista de la vertiente Sur, vimos a cantidad de ciclistas mientras llegábamos al Portillón de río Seco, o La Puerta, divisoria natural de las cabeceras del mencionado río y el que baja del Veleta.
Bajamos a la Cuenca de Río Seco y disfrutamos de sus lagunas, continuando la bajada hasta el collado de los raspones, por el cual alcanzamos la arista y nos dirigimos al Pico del Púlpito, excepcional y solitaria atalaya desde donde observar con detenimiento y majestuosidad todo el valle del río Veleta y sus impresionantes paredes, signos evidentes de su formación glaciar; la Morra Hoyos del Veleta, Loma Púa, Loma Pelada, el refugio de Poqueira, el Puntal de Terreras Azules… una visión poco común de nuestra imponente Sierra Nevada, que cada vez que acudimos a ella nos deleita los sentidos con bellos rincones y posibilidades de un disfrute sin parangón.
Emociones que no cesaban, pues al volver al lugar donde dejamos las pesadas mochilas y buscar un lugar donde poder montar nuestra tienda y cargar agua, estuvimos disfrutando de la presencia de machos monteses y de un silencio estremecedor, sólo irrumpido por la potencia de nuestro quemador de alta montaña. El momento de la cena, abrigados, con la puerta de tela abierta para contemplar el valle… ¡qué se puede decir de esto! Hay que vivirlo…
Cuando una gran cantante de soul- blues como Susan Tedeschi, se casa con uno de los guitarristas de Allman Brothers Band, Dereck Trucks, no puede salir nada malo, y es que la Tedeschi Trucks Band es una de las mejores bandas de blues del momento. Hemos podido ver a Tedeschi en directo, y a parte de Allman Brothers, como es Warren Haynes, y no podemos decir nada que no sean halagos, pues la calidad musical de estos seres humanos es excepcional.
Excepcional, pero transmitiendo distintas emociones, es el hecho de pasar la noche en tienda a casi tres mil metros de altura… y el hecho de que el zorro, en agosto, esté de vacaciones, sólo hicieron acentuar la sensación de placer. Sensación que continuó durante la subida a los Crestones de Río Seco, tras el amanecer y el copioso desayuno… necesario para acometer con energía el Paso de los Guías, bajo el Veleta, expuesto y solitario, a la vez que emocionante y arriesgado… pero de obligado paso si es que de verdad te gusta la montaña.

Sólo nos quedaba una visita a uno de los picos más frecuentados y simbólicos de Sierra Nevada, tanto en invierno como durante el estío, y es que aunque la ascensión en sí, no presenta ningún atractivo… las vistas desde la cumbre del Veleta son realmente increíbles… sobre todo desde el Noreste al Sur… pasando por el Oeste.

Entrada al Veredón Superior


Corral del Veleta

Pico Veleta desde Los Machos


Laguna de río Seco

El Púlpito






Vivac dulce hogar











sábado, 9 de agosto de 2014

Acantilados de Barbate

Ya hacía unos dos años que no surcábamos la costa barbateña, y más de un mes que no sacábamos el kayak… y,  sí,  el kayak es para el verano… ¿a qué esperamos?
La mejor playa para embarcar es la del Carmen, pues está protegida por el espigón del puerto pesquero, pero decidimos salir de la Hierbabuena, que posee la mejor derecha de Andalucía, por cierto.
Llegamos hasta Caños de Meca, donde tenemos una buena playa para desembarcar y estirar las piernas, el punto más delicado del kayak de mar, ya que el tren inferior lo llevamos completamente inmóvil. Al cabo de un poco más de una hora remando, la necesidad de mover las piernas te produce ansiedad y dolor en algunas zonas. Ante, estas necesidades, que son bastante incómodas, decidimos a arribar a una pequeña cala, por llamarla de alguna manera, bajo las enormes paredes de la Breña, un poco antes de llegar a los Caños de Meca.
El ser humano es indescriptible, a veces. En este inhóspito rincón, al que sólo se puede acceder con marea baja, llegan algunos a pescar o echar el rato, y se les olvidan los envases, vidrios, plásticos… incluso los restos de una fogata playera que a modo de intento de incineración de residuos, solo consigue ensuciar más, si cabe, y generar una imagen horrible.
A parte del tirón de orejas virtual a los malhechores que se dedican a ensuciarlo todo, también queremos recordar a una persona, que hace una semana hizo un año de su muerte, y que influenció a un sinfín de músicos a lo largo de toda su carrera.
Este año, uno de sus grandes amigos, ha sacado un disco al mercado, en honor a este hombre, y el título no podía ser más apropiado: The Breeze, y es que a él le llamaban La Brisa… “Call Me The Breeze. Creemos que no hace falta decir de quien se trata.

La niebla de la mañana, dio paso a un soleado escenario a partir de medio día… la sensación de estar solos, flotando en el agua agarrado al kayak a unos 500 metros de la orilla, sabiendo que bajo tus piernas hay una cantidad de metros de agua que quitan el hipo… no tiene precio… para todo lo demás, mastercard.

















viernes, 1 de agosto de 2014

Carrauntoohil (1038m) The Irish Highest Mountain.


As I was going over
The Cork and Kerry mountains
I saw Captain Farrell
And his money he was counting

Así comienza Whiskey in the Jar, una canción tradicional Irlandesa que por supuesto conocí no de manos de músicos folclóricos de la isla, si no de la versión de los irlandeses Thin Lizzy, del 72… uno de mis grupos favoritos, liderados en aquella época por el difunto Phil Lynott, bajista, cantante y fundador de la banda dublinesa. El alcohol y las drogas acabaron con su vida en el 86… por eso sentimos gran pena, al ver por la mañana temprano en algunos callejones de Dublín, a los chavales pinchándose heroína en vena… ¡por favor!, ¿esta gente no se ha enterado de nada?... que pasase eso en los 80…, ¿pero en 2014?...
Corramos un tupido velo, y vayámonos a la montaña, que es lo que nos atañe.
Si volamos a Dublín, habrá que conducir (siempre por la izquierda) por la M7 hasta Limerick, y seguir por la N21 hasta Killarney, en el condado de Cork, para poder empezar a caminar por el anillo de Kerry, en la península de Iveragh.
Killarney es un lugar perfecto para pernoctar un día o más… y desde aquí, tomaremos la N72, hacia el oeste, hasta ver las indicaciones marrones con el nombre de la montaña. El lugar donde dejaremos el coche se llama Cronni´s Yard, y veremos un pequeño buzón, donde dejaremos dos euros por dejarnos aparcar… nadie nos controla, pero por norma, todo el mundo lo paga… no seamos piratas.
Bueno, pues ya hemos hecho lo más difícil de la ruta: 325 kms de coche, por la izquierda, y haber encontrado Cronni´s Yard… que no es poco… el resto, solo es un paseo hasta la cumbre más alta de este país.
El camino comienza a la derecha, según se llega, y es cómodo. Está jalonado por unas indicaciones de color republicano, y tendremos que cruzar dos puentes de hierro, Patie O´Shea y Angela Kenny Brige, respectivamente, que nos harán el favor de no tener que vadear el río.
El camino es ancho, pedregoso y en suave ascenso. El paisaje es encantador… es 25 de julio y el verde predomina sobre todos los colores, además, una tupida niebla no nos deja ver las montañas, por lo tanto, vamos caminando a tientas y barrancas sin saber donde se ubica nuestro objetivo.
De pronto, aparece ante nosotros un ibón, a la izquierda del sendero, llamado Callee, que alberga un precioso islote en su interior. Si bonito es desde la orilla, la imagen que ofrece desde la cumbre, es espectacular… como todos los ibones o lagunas de origen glaciar.
Al cabo de un rato, veremos la laguna Gouragh a nuestra derecha, y nosotros seguimos caminando, observando ya las montañas, pues la niebla empezó a levantar hace un rato.
Pasados los ibones, el camino se escarpa de manera brutal. Esta es la parte más peligrosa del recorrido, y donde han ocurrido muchos accidentes, sobre todo a la bajada. Estamos ante el Canuto del Diablo (Devil´s Ladder), y las piedras sueltas dificultan el paso, además, es por donde baja el agua de la montaña. Un día de lluvia, es mejor quedarse de turismo en Killarney e intentarlo en otra ocasión.
Una vez en el collado, las vistas sorprenden, y se puede ver el mar a nuestra izquierda, según se llega.
Solo nos queda la última rampa, la que nos lleva irremediablemente a la cumbre de la montaña más alta de Irlanda, donde, para mostrar las creencias de estas gentes, han levantado una cruz de dimensiones brutales. Unos 6 metros tiene que medir.
Estamos a 1038 metros de altura, en el centro de la cordillera Macgillicuddy´s Reeks, y las panorámicas son estupendas.
Poco a poco va llegando gente, unos correctamente ataviados, otros en sandalias, uno con un bebé a la espalda… y nosotros emprendemos la bajada sin siquiera comer, y es que el Irish Breakfast es un buen “espantabuítres” que dura casi todo el día, además, nos esperaba Rocío en las lagunas.
Desde la cima, estuvimos oteando un itinerario alternativo que evita el Canuto del Diablo y disminuye notablemente el riesgo de caída… aunque es más largo y hay que volver a ascender una vez llegados al collado. Resultó una buenísima elección.