domingo, 2 de septiembre de 2012

Parque Nacional de Doñana en Kayak



Doñana era el coto de caza mas grande de la España del s.  XVIII-XIX, donde se daba cita la realeza española y era propiedad del Duque de Medina-Sidonia que mandó construir un palacio para su mujer Doña Ana de Silva, de ahí, que se le conozca como “Coto de Doñana”, y ahora a la “nueva clase” política le ha dado por utilizarlo como lugar de vacaciones.
En 1969 fue declarado Parque Nacional de Doñana y a lo largo de estos años ha sido declarado P. Nacional y Natural, así como, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, gracias a todas estas medidas proteccionistas se ha podido preservar el mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única en su género.


Pues bien, para navegar por sus costas, que era nuestro objetivo, tenemos que cruzar la desembocadura del río Guadalquivir o río grande como lo llamaron los árabes, o si, preferimos Betis para los romanos, y lo hacemos a primera hora de la mañana, desde la zona de Bajo de Guía.
Esta zona tiene un entorno muy bonito y marinero, las barcas de los pescadores se mecen al son de las olas, que a veces no distingues, por la amplitud del lugar, si estas en el mar o en el propio río. A estas horas empiezan a bajar los primeros paseantes a darse su primer baño de la mañana, así como, los deportistas a practicar su deporte, paseos, correr, piragua, gimnasia, ciclismo…
Nos echamos al agua, y en menos de media hora, estamos en la otra orilla, en Huelva, a la que pertenece la mayor parte del Parque. Llegamos a la punta de Malandar formada por un ecosistema de playa, cordones litorales no dunificados, dunas vivas y estabilizadas, y pequeños enclaves de depósitos aluviales y ecotonos de marisma matorral, donde se encuentra ubicada la primera torre que vamos a divisar, la  de San Jacinto. Estas torres del s. XVI, bastantes deterioradas, que vamos viendo esparcidas a lo largo de la costa, son torres almenaras que permitían la comunicación visual de posibles ataques marítimos por parte de los berberiscos.


Vamos bordeando la punta de Malandar y poco a poco nos adentramos en el estuario que se forma al llegar al océano atlántico y donde se forma un gran oleaje.


Navegamos por toda la playa de Castilla y vamos disfrutando de todo el sistema de dunas que recorre toda la costa, desembarcamos para dar un descanso a los brazos, pero para ello, tenemos que surfear una serie de olas con bastante frecuencia, pues aún quedaban los resquicios de lo que ha sido el huracán “Gordon” a su paso por las Azores, y aquí llego como depresión subpropical,  que se notaba su presencia en una rompiente “movidita”.


Una vez en tierra nos adentramos a través de las dunas embrionarias, que son las primeras dunas que nos vamos a encontrar junto a la playa, y forman un rico ecosistema de dunas móviles que vamos viendo como cambian de forma, tamaño y posición por el efecto del viento, desde esta perspectiva podemos disfrutar de un paisaje rico en enebros, sabinas, pinos piñoneros, brezos, lentiscos y como no, de su rica fauna, donde nos encontramos muy cerca del mar un ejemplar de gamo.


La línea costera de este paraje natural, con cuasi treinta kilómetros de playa virgen, constituye una de las imágenes mas hermosas de nuestra Naturaleza. Y entre los médanos y los cauces irregulares que se deslizan entre las dunas buscamos un sitio para comer y donde nuestra vista se perdía entre kilómetros y kilómetros de playa blanca y fina arena, imágenes difíciles de olvidar.


Mientras comíamos podíamos observar a varios mariscadores de coquina que realizaban su faena en la orilla, y es que, esta parte del litoral onubense desde el año 2004 está declarada como Reserva de Pesca, y se llevan a cabo varias modalidades pesqueras caracterizada por el arte de pesca empleado y por la especie objeto de captura, así, la que nosotros pudimos observar es el marisqueo a “pie en el intermareal”.


Este trabajo consiste en la captura de moluscos (coquina) y se desarrolla en la orilla, donde el agua te va cubriendo hasta la cintura, los mariscadores se colocan un cinturón ancho en la cintura y cogiendo un armazón metálico con firmeza van caminando hacia atrás al mismo tiempo que van arañando el fondo, a la vez que van realizando un movimiento de vaivén con el mango, pura armonía entre el hombre y el mar, como la que nos transmite Sigur Rós con su voz y su guitarra en la composición Salka.


Pero bajo toda esta armonía  aparente se esconde una serie de irregularidades que hacen que el Parque se vaya muriendo poco a poco, como son la alta contaminación que sufre sus aguas por los vertidos incontrolados de las poblaciones circundantes,  el uso de pesticidas no autorizados en los cultivos de los campos de los alrededores, caza de especies en peligro de extinción, el dragado del río Guadalquivir, cultivos ilegales de fresas que aíslan al Parque y compiten con el humedal por el agua de los acuíferos, la ampliación de la refinería de la Rábida y el posible oleoducto Balboa a Extremadura que aumenta el riesgo de marea negra por el continuo trasiego de barcos petroleros y sobre todo al continuo trasiego de todoterrenos y autobuses por el Parque.
Todos estos factores están haciendo que la biodiversidad de especies que reina en Doñana vaya muriendo poco a poco, como no se le ponga freno. Todos estos hechos ya los venía denunciando el alcalde de Almonte por los años 90 del siglo pasado. Tanto tiempo ha transcurrido desde Doña Ana, y seguimos igual: sigue siendo un Coto y no un Parque. Un coto para que políticos y ricachones disfruten de vacaciones de ensueño, a costa de refregarle en la cara a las poblaciones colindantes que ellos no pueden disfrutar de esta riqueza bio cultural. Un coto para que turistas de élite paseen en autobuses todoterreno, pesados y contaminantes, por el módico precio que no podemos pagar los ciudadanos de a pié, que además se nos restringe el paso. Estos autobuses deterioran el entorno mucho más que cualquier persona caminando o en bicicleta. Un coto para que las hermandades rocieras acudan en masa desde Sanlúcar hasta la aldea de El Rocío, y seguimos sin poder pasar los transeúntes que no estemos agrupados en alguna hermandad, y más y más…


4 comentarios:

  1. Estupenda entrada, nunca he ido a Doñana, tendré que poner remedio. Muy chula tu excursión y una pena que Doñana siga siendo patrimonio de unos pocos y no lo sea de todos, en fin...
    Un besote guapa!

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  2. Gracias Patronio, ya veo por tu blog que el verano ha sido genial...
    ¡¡A seguir disfrutando del kayak¡¡
    Un saludo

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  3. Gracias Pepa, Dañana merece la pena visitarla es Naturaleza pura, pero tienes que hacerle un buen hueco a la cartera, porque te lo cobran bien...
    A veces y tú lo sabes bien que las cosas cambian de nombre pero las gestiones siguen siendo igual que en épocas ancestrales, evolucionamos muy poco...
    Un besote.

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