lunes, 23 de noviembre de 2015

Villaluenga – Sierra de los Pinos – Puerto de Libar

Cuando Brasero dice que lloverá a las dos… llueve a las dos.
                                                                                  (Caminos y Caños)

Una luz te guiará… sale de tu cuerpo; El futuro llegó y no lo vi venir… yo tampoco esperaba que fuera así… que difícil es todo!
                                                                                  (Niños Mutantes)

Esta gran banda de rock independiente granadina, nos recuerda que debemos disfrutar de cada momento de la vida, que no merece la pena ser espectador del tiempo: que hay que actuar.
Si queremos unir la Sierra de los Pinos y Villaluenga, debemos madrugar, pues el camino es largo… precioso pero largo. Una vez cruzados los llanos del Republicano, nos vamos hacia el Sur, buscando una cañada que sube a los Navazos de Libar.
El paso por el Hoyo de los Quejigos es muy agradable para los sentidos, y para cruzar el Puerto del Alcornocalejo, pasaremos junto a una bucólica casa encalada y situada en un privilegiado enclave con vistas al Palo.
Al rato, las nubes, como si sacudieses un mantel, invadían de a poco nuestro territorio, y pronto estábamos inmersos en una tan espesa niebla, que tuvimos que hacer un buen tanteo de navegación y orientación… a penas se veía a cuatro esloras, y eso no es suficiente para orientarse en un terreno desconocido, pues estábamos probando otra alternativa. Hay pequeñas trochas que suben y bajan, entre lapiaces y vegetación coriácea y espinosa…
Al llegar a la base de la Sierra de los Pinos, empezando a llover, soslayamos la ya archiconocida cumbre de esta preciosa montaña, pues no es por no subir, pero subir “pa ná”…  y buscamos a duras penas la pista que baja a Cortes de la Frontera.
Girando a la izquierda, en el collado que nos separa del Martín Gil, hacia los llanos de Libar, pasamos junto a una casa en restauración, que nos sirvió de acogedor refugio para avituallarnos y preparar un reconfortante té de montaña… seguía lloviendo.
El camino hacia el Puerto de Libar, lento y resbaladizo, emocionante y con unas sorprendentes luces, se nos hizo ameno… en el momento que dejó de llover, volvimos a sacar la cámara de fotos, y alcanzamos Villaluenga tras diez horas de caminata, sin darnos a penas cuenta. Es un paseo muy suave, pues sólo acumulas 1100 metros de subida en 26 kms… muestra de que hay bastante terreno llano.




























2 comentarios:

  1. Interesante alternativa, yo habia pensado que ibais a tirar por otro sitio. Lo de la lluvia no se si era previsible, pero creo que las nubes esta temporada os estan siguiendo, aun así un dia de caminata es un dia de caminta, da igual la meteorologia, lo unico que queda es adecuarse algo a las circustancias del momento. Saludos.

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    1. Comparto tu visión, Salva. Si te pones a mirar, que si llueve, que si ventea... al final te quedas en casa. Lo importante es mirar el reloj, y saber salir a la hora buena para que de tiempo a realizar la actividad... la meteo, bueno, si acompaña, mejor.
      Es muy bueno este recorrido, tenemos puesto el track por wikiloc... esta vez no se acabó la batería... por los pelos.
      Un saludo, camarada.

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