martes, 23 de diciembre de 2014

A Grazalema desde Ubrique

Es muy extraño subir al Peñón Grande caminando… lo lógico es hacerlo por la pared, de hecho, siempre que he llegado a su cumbre y por cualquiera de sus vías, ha sido escalando… así que caminar hasta su cumbre, casi parece más una osadía.
Esta vez, no hemos conseguido llegar a la cima, pero si a la antecima, ya que la hora tope que nos pusimos como límite, llegó, y no hubo más remedio que renunciar a la deliciosa cumbre y bajar para llegar a la plaza de Grazalema antes de que partiera el autobús que nos debía llevar a Ubrique, donde dejamos el coche por la mañana.
La jornada, fresca al amanecer y calurosa a mediodía, dio de sí todo lo que pudo. Dejando aparcado el auto junto a la fuente de los nueve caños, en la curtida y legítima ciudad de Ubrique, comenzamos nuestra singladura por la calzada romana, muy desvirtuada en sus inicios, pues el deterioro y la acumulación de rellenos a base de escombro, le confieren un toque poco Romano y muy Andaluz, pero bueno… esta vía que nos acerca a Benaocaz, casi sin darnos cuenta y en un armonioso y suave ascenso, nos sirvió de calentamiento para lo que estaba por venir.
Pasamos por el precioso barrio Nazarí, y continuamos hacia Casa Fardela, habiendo bebido antes de la fuente del Tejar,  otro reducto histórico pues su pilón fue en su día un sarcófago romano, donde viramos a nuestra derecha, para buscar la finca Los Navazos y entrarle a la ascensión a Pocillo Verde. Realizamos la preciosa bajada hacia el cancho de la Berejuela, y arribando a los Llanos del Endrinal, nos decidimos a intentar lo que se comenta al principio de esta entrada: Peñón Grande, ande o no ande… ya que si no, hubiésemos estado más de dos horas esperando el autobús, en el pueblo.
La “trepadilla” al Peñón es muy sencilla, corta, intensa, pero mirando el reloj y con el nerviosismo de no poder perder el autobús, no se disfruta plenamente. El resto de la travesía, es un agradable y cómodo paseo que merece la pena realizar, aunque si se quiere hacer más cómodo, se puede tomar el bus por la mañana en Ubrique, y hacerlo a la inversa, que casi todo es bajada, y no hay estrés horario, pues el coche está esperando en la línea de meta.

Se acercan fechas muy señaladas, ya que el esperado invierno, acaba de entrar para quedarse, o eso esperamos, y a parte de esperar que hayamos disfrutado un feliz solsticio, queremos recordar la canción/villancico Feliz Falsedad, de los vitorianos Soziedad Alkoholika, una de las grandes bandas de Thrash Metal de nuestra querida piel de toro.





















2 comentarios:

  1. Una buena historia, las fotos geniales.Desearos Fran a todos vosotr@s un Feliz año nuevo, disfrutad de la montaña y sus paisajes y sobre todo que en su regreso lo podamos compartir.
    Un abrazo Riki.

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  2. Muchas gracias por tu impronta, Richi, nosotros también te deseamos un buen año, lleno de Salud y optimismo. La modesta Sierra de Grazalema, tiene buenas historias que ofrecer a sus visitantes, y rica gastronomía.
    1salu2.

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